Habrá que acostumbrarse a que Guardiola maneje un guión este año que obliga a esperar a que los buenos de la película salgan en el segundo tiempo, básicamente para decidir en la media hora final con insultante autoridad.

Pep sabe que su fondo de armario no es muy amplio y se ha puesto a hacer rotaciones a lo bestia ya desde la segunda jornada, así que vimos dos Barças y, por tanto, dos partidos. Hubo uno igualado y con más ocasiones para el Geta (que se estrelló con los palos en remates de Albín y Soldado) y otro cuando Guardiola cambió la pantalla, metió a Messi e Iniesta, le bajó la persiana al Geta y el cielo azulón se nubló.

Leo llegó triste de Argentina y ya sonrió en Getafe (no es lo mismo que te dirija Guardiola a que lo haga el Diego...), también volvió Iniesta y metió marcha a la circulación, e Ibrahimovic falló un gol, sí, pero marcó otro, le regaló el segundo a Messi y dejó detalles exquisitos en el control, de lujo.

Ataque inédito en el Barça con los canteranos Pedro y Jeffren en las bandas y el sueco en el eje y reorganización atrás porque Guardiola también dejó en el banquillo a Alves, con lo que Puyol debió comenzar a torcer algo el gesto trasladado otra vez al lateral... como tantas otras veces la campaña anterior. Me da que el capitán que levantó cinco Copas en los últimos 12 meses (y que aún no ha renovado) va a tener que resignarse: hay que meter a Chrygrynskiy en la Liga, que ya se sabe que el Barça invirtió en el ucraniano 25 millones y no puede jugar la Champions. El central no se complicó en el corte y dejó ver buena salida del balón en largo, cumplió.

También cumplió lo que prometió Míchel, que el Geta iba a tratar de igual a igual al tricampeón, al campeón de todo. Su tripleta de ataque León-Soldado-Albín se movió con peligro por momentos y de hecho el uruguayo mereció el gol en un espectacular zurdazo al travesaño, y el ariete a punto estuvo de conseguirlo en un acrobático remate en el área que se fue al palo izquierdo de Valdés. Un Geta aceptable ante un Barça menor, el plan B, aunque incluso en momentos discretos siempre emerge la figura de Xavi, que nunca falla, que nunca se lesiona, que nunca pierde un balón, una computadora el tío. Ni que decir tiene que cuando aparecieron las mejores estrellas del cartel, Xavi dirigió en el campo el rodaje de la nueva película de Pep a su antojo.

Decidió Ibrahimovic metiendo la uña en un centro raso que se envenenó al tocar en un azulón, y luego dio un curso magistral en el control del balón y en su visión de juego cuando vio desmarcado a Messi y le 'amuebló' la cabeza (0-2, the end). El sueco lleva dos de dos y los que pensamos que jamás mejorará el rendimiento de Etoo, de momento seguimos aculados en tablas.

Fuente: As.com